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El blog de Sueños de España

El blog de Sueños de España

Hace muchos años, cuando el idioma castellano entró en mi vida, empecé un maravilloso viaje que nunca acabará... Y tanto me gusta compartirlo con vosotros ! Gracias por seguirme, por participar, por dejar comentarios y leerme, y sobretodo, gracias por el amor y el cariño que les tenéis a nuestra bella España y a las culturas hispánicas.


Goya, a la sombra de las Luces / Goya, à l'ombre des Lumières - Tzvetan Todorov

Publié par vero0576 sur 13 Mai 2012, 19:25pm

Catégories : #art - arte, #pintura, #Historia

Dibujos preparatorios y grabado definitivo : El sueño de la razón produce monstruos - Los Caprichos
Dibujos preparatorios y grabado definitivo : El sueño de la razón produce monstruos - Los Caprichos
Dibujos preparatorios y grabado definitivo : El sueño de la razón produce monstruos - Los Caprichos

Dibujos preparatorios y grabado definitivo : El sueño de la razón produce monstruos - Los Caprichos

Autorretratos - GoyaAutorretratos - GoyaAutorretratos - Goya

Autorretratos - Goya

Un libro apasionante que examina las obras de Goya a la luz de la Historia  y nos presenta al pintor como un gran pensador de aquella época...

 

Todos conocemos las obras de Goya pero a veces sin saber realmente nada del pintor. Goya a la sombra de las Luces es un título perfecto para un libro que pone de manifiesto toda la dualidad del artista. Este pensador de gustos plebeyos sentía la necesidad de escapar del oscurantismo en que andaba hundida parte de la España de aquella época -la de las supersticiones y de la Inquisición- pero no por eso se adhería por completo a las tesis de sus amigos liberales, influenciados por las ideas de las Luces recién llegadas de la Francia revolucionaria, que querían ver al hombre como un ser puramente racional. Para Goya, el hombre tenía que aprender a vivir con sus demonios, y él expresaba los suyos a través de la pintura.

Al ver Los caprichosLos desastres de la guerra o las llamadas Pinturas Negras, se podría imaginar a un Goya pesimista, misántropo y al borde de la locura, pero no era así. Sí es cierto que la enfermedad que padeció en 1792-93 y le hundió definitivamente en el silencio le incitó a explorar su mundo interior y su imaginación, pero el pintor nunca dejó de tener una vida social y de querer a los suyos.

El libro de Tzvetan Todorov nos muestra con claridad a un pintor completamente novador para la época. Sin duda fue el primero en producir dos series de obras totalmente distintas : obras conformes con la tradición y otras sacadas de su inspiración personal, siendo éstas las más apasionantes por acabar con las reglas establecidas, tanto en la técnica como en los temas representados. En sus cuadros, en sus grabados y  dibujos, a partir de 1792 Goya quiso representar el encierro, el encarcelamiento, la locura, la impotencia de los hombres frente a las fuerzas naturales y a todas las formas de violencia - la ilegal (la de los bandidos y de los asesinos...) y la legal (tortura, duelos...) - . Los colores vivos de los cartones de los primeros años se convirtieron en una monocromia oscura - gris, negro, marrón, verde, amarillento -; los rostros risueños de sus personajes se volvieron borrosos e inquietantes, una parte indefinida de un populacho amenazador; a las líneas sustituyeron manchas de oscuros colores, de luces y de sombras; dando así rienda suelta a su imaginación, quería darle al cuadro movimiento y vida, acercarse a la verdad haciendo visible lo invisible : las máscaras, las caricaturas, las muecas..., no ocultaban la verdad sino que al contrario la revelaban; los vicios, la hipocresía, la ignorancia, la estupidez, la crueldad, la codicia... aparecieron a plena luz, desprovistas de reglas y convenciones. Sus protagonistas son malos, feos y grotescos. Pero Goya no tenía ningún objetivo didáctico : sintió la necesidad de liberar sus inquietudes y sus demonios, sus pulsiones y sus pesadillas, enseñando la cara más oscura del ser humano a través de sus visiones sobrenaturales y lo hizo, nada más.

 

Caprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negrasCaprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negrasCaprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negras
Caprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negrasCaprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negrasCaprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negras
Caprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negrasCaprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negrasCaprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negras

Caprichos, Desastres de la guerra, Pinturas negras

La guerra de independencia le dio motivos para dejar de pintar demonios porque la realidad entonces superaba a sus pesadillas más terribles. En una España rota, desgarrada entre sumisión al invasor y patriotismo ciego, liberales y conservadores, entre Luces y oscurantismo, entre razón y supersticiones, nació una serie de grabados : Los desastres de la guerra. Por primera vez se mostró la guerra ciega, absurda, desnuda, desprovista de toda forma de heroismo. Desapareció la frontera entre buenos y malos, víctimas y verdugos ; las causas más justas, los ideales más nobles pierden su sentido y se convierten en pretextos para torturar y matar. En los cuadros y grabados de aquella época a Goya no le importaba la belleza de las obras sino que quería que fueran instrumentos para expresar su profunda indignación : representó a las víctimas de violaciones, hambres, torturas y ejecuciones, a civiles que huían de los combates y cadáveres amontonados, a verdugos indiferentes. Incluso cuando pintó el 2 y el 3 de mayo - en que claramente tomaba partido - tampoco ofreció una imagen gloriosa de la guerra, sino la de un asesinato colectivo.  Los peores crímenes se cometen en nombre de grandes valores y a Goya solo le inspiraba tristeza y melancolía. 

Escasas veces nos ofreció una visión más optimista de la sociedad; solo fue el caso en unas cuantas obras y especialmente en las que realizó durante el intermedio liberal que duró de 1812, cuando fue promulgada la constitución de Cádiz, hasta 1814, fecha del regreso de Fernando VII y principio de un largo período de absolutismo. Tanto en la representación como en los comentarios apareció una luz de esperanza. Pero duró poco y sus demonios no tardaron en volver. Ya dijimos que Goya andaba por dos caminos paralelos : por un lado las obras conformes con la tradición - destinadas a la esfera pública - y por otro lado las que sacaba de su búsqueda personal - destinadas a la esfera privada -. En los años 1819-1823 el pintor salvó una nueva etapa : empezó una nueva serie de pinturas, las Pinturas Negras, llamadas así por la omnipresencia de este color, que pintó en las paredes de su casa (la Quinta del Sordo, que se situaba en las afueras de Madrid) : había renunciado definitivamente a la difusión de sus obras. Reanudó los temas y los protagonistas de los años de los Caprichos, brujas, fantasmas, seres sobrenaturales..., pero en cuadros de gran tamaño. Pintaba en las paredes de su propia casa sus demonios y sus pesadillas, para sacarlos de sí mismo, quizás borrarlos de su mente y olvidarlos. Cuando se fue de exilio a Francia dejó así la Quinta del Sordo a su hijo sin preocuparse más por sus obras, como si las olvidara a medida que las pintaba.

Goya a la sombra de las Luces es un libro que trata de penetrar el misterio de este pintor que conocemos a veces sin saber mucho de él; su dualidad, sus innovaciones técnicas (los grabados, las aguafuertes, darles a los dibujos sus letras de nobleza dejando de considerarlos solo como esbozos o proyectos...), estéticas (desaparecieron las líneas, sustituidas por manchas de colores, de luz y de sombra, abandonó por completo la construcción habitual del espacio dejando a sus personajes flotar en los aires...) y temáticas, están puestas de manifiesto con mucha claridad. Muestra a un pintor novador, que prefiguró al expresionismo y encontró su propio camino en un mundo artístico que hasta entonces se había empeñado en copiar a los grandes maestros antes que copiar directamente la naturaleza y la realidad o dar cuenta de la visión personal del artista. No cabe la menor duda : Goya vio lo que pintó, en la realidad, en el interior de sí mismo, en sus pesadillas, o lo presintió ; presintió los horrores de las que era capaz el hombre y el siglo XX le dio la razón. Con Goya nació la libertad del pintor y ni siquiera la preocupación que le daba su situación económica corrumpió su arte ; al contrario, una vez asegurados sus fondos gracias a su sueldo de pintor de corte, podía entregarse totalmente a su obra privada, pintar para sí mismo, expresarse y exorcizar sus demonios. Se separaba de sus pesadillas pintándolas, grabándolas, dibujándolas, y dejaba comentarios más o menos descifrables o misteriosos, como una botella al mar dirigida a un posible o improbable espectador.

 

Véronique RAMOND

Un livre passionnant qui passe en revue les oeuvres de Goya a la lumière de l'Histoire et nous présente le peintre comme un grand penseur de l'époque...

 

Nous connaissons tous les oeuvres de Goya mais parfois sans connaitre réellement le peintre. Goya à l'ombre des lumières est un titre parfait pour un livre qui met en évidence toute la dualité de l'artiste. Ce penseur aux goûts plébeiens ressentait la nécessité de s'échapper de l'obscurantisme dans lequel était plongée une partie de l'Espagne de l'époque - celle des superstitions et de l'Inquisition - mais il n'adhérait pas pour autant totalement aux thèses de ses amis libéraux, influencés par les idées des Lumières récemment arrivées de la France révolutionnaire, qui voulaient voir en l'homme un être purement rationnel. Pour Goya, l'homme devait apprendre à vivre avec ses démons, et il exprimait les siens par le biais de la peinture.

En voyant Les CapricesLes Desastres de la Guerre ou les Peintures Noires, on pourrait s'imaginer un Goya pessimiste, misanthrope et au bord de la folie, mais ça n'était pas le cas. Il est certain que la maladie dont il souffrit en 1792-93 et qui l'a plongé dans le silence l'incita à explorer son monde intérieur et son imagination, mais le peintre continua toujours à avoir une vie sociale et à chérir ses proches.

 

Le livre de Tzvetan Todorov nous montre clairement un peintre entièrement novateur pour son époque. Il fut sans doute le premier à produire deux séries d'oeuvres totalement distinctes : des oeuvres conformes à la tradition et d'autres tirées de son inspiration personnelle, ces dernières étant les plus passionnantes car elles rompaient avec les règles établies, tant dans les techniques que dans les thèmes représentés. Dans ses tableaux, ses gravures et ses dessins, à partir de 1792 Goya voulut représenter l'enfermement, l'emprisonnement, la folie, l'impuissance des hommes face aux forces naturelles et à toutes les formes de violence - l'illégale (celle des bandits, des assasins...) et la légale (tortures, duels...) - Les couleurs vives des cartons des premières années se convertirent en une monochromie obscure -gris, noir, marron, vert, jaunâtre -; les visages souriants de ses personnages devinrent flous et inquiétants, partie indéfinie d'une populace menaçante; les lignes furent remplacées par des taches de couleurs sombres, de lumières et d'ombres; en donnant ainsi libre cours à son imagination, il voulait donner au tableau du mouvement et de la vie, s'approcher le plus possible de la vérité en rendant visible l'invisible : les masques, les caricatures, les grimaces... ne dissimulaient pas la vérité mais au contraire la révélaient; les vices, l'hypocrisie, l'ignorance, la stupidité, la cruauté, la cupidité... apparurent au grand jour, débarrassées des règles et des conventions. Ses personnages sont méchants, laids et grotesques. Mais Goya n'avait aucun objectif didactique : il ressentit la nécessité de libérer ses inquiétudes et ses démons, ses pulsions et ses cauchemars, en montrant le côté le plus obscur de l'être humain à travers ses visions, et il le fit. Rien de plus. 

El 2 de mayo - El 3 de mayo o los fusilamientos de la Moncloa - La corte de Carlos IV - La maja vestida - La maja desnudaEl 2 de mayo - El 3 de mayo o los fusilamientos de la Moncloa - La corte de Carlos IV - La maja vestida - La maja desnuda
El 2 de mayo - El 3 de mayo o los fusilamientos de la Moncloa - La corte de Carlos IV - La maja vestida - La maja desnudaEl 2 de mayo - El 3 de mayo o los fusilamientos de la Moncloa - La corte de Carlos IV - La maja vestida - La maja desnudaEl 2 de mayo - El 3 de mayo o los fusilamientos de la Moncloa - La corte de Carlos IV - La maja vestida - La maja desnuda

El 2 de mayo - El 3 de mayo o los fusilamientos de la Moncloa - La corte de Carlos IV - La maja vestida - La maja desnuda

La guerre d'indépendance lui fit cesser de peindre des démons parce que la réalité allait alors bien au-delà de ses plus terribles cauchemars. Dans une Espagne brisée, déchirée entre soumission à l'envahisseur et patriotisme aveugle, entre libéraux et conservateurs, entre Lumières et obscurantime, entre raison et superstitions, naquit une série de gravures: les Désastres de la Guerre. Pour la première fois on montrait la guerre aveugle, absurde, nue, dépourvue de toute forme d'héroïsme. La frontière entre les bons et les mauvais, les victimes et les bourreaux, disparut; les causes les plus justes, les idéaux les plus nobles perdent leur sens et deviennent des prétextes pour torturer et tuer. Dans les tableaux et gravures de cette époque Goya ne s'intéressait pas à la beauté des oeuvres, il voulait juste qu'elles soient un instrument pour exprimer sa profonde indignation : il représenta les victimes de viols, de famines, de tortures et d'exécutions, des civils fuyant les combats et des cadavres entassés, des bourreaux indifférents. Même quand il peignit le 2 et le 3 mai - dans lesquels il prenait clairement parti - il n'offrit pas une image glorieuse de la guerre, mais celle d'un assassinat collectif. Les pires crimes sont commis au nom des plus grandes valeurs, et cet état de fait n'inspirait à Goya que tristesse et mélancolie. 

Goya ne nous offrit que rarement une vision plus optimiste de la société; ce ne fut le cas que dans quelques oeuvres et particulièrement dans celles qu'il réalisa durant l'intermède libéral qui dura de 1812, lorsque fut promulguée la constitution de Cadix, jusqu'en 1814, date du retour de Ferdinand VII et début d'une longue période d'absolutisme. Tant dans les représentations que dans les commentaires apparut une lueur d'espoir. Mais ceci ne dura pas longtemps et ses démons ne tardèrent pas à revenir. Nous avons déjà dit que Goya suivait deux chemins parallèles: d'un côté les oeuvres conformes à la tradition - destinées à la sphère publique - et d'un autre celles qu'il tirait de sa quête personnelle - destinées à la sphère privée -. Dans les années 1819-1823 le peintre franchit une nouvelle étape : il commença une nouvelle série de peintures, les Peintures Noires, nommées ainsi en raison de l'omniprésence de cette couleur, qu'il peignit sur les murs de sa maison (la Maison du sourd, située dans les environs de Madrid) : il avait définivement renoncé à la diffusion de ses oeuvres. Il retrouva les thèmes et les personnages des années des Caprices, des sorcières, des fantômes, des êtres surnaturels..., mais cette fois dans des tableaux de grande taille. Il peignait sur les murs de sa propre maison ses démons et ses cauchemars, pour les extraire de lui-même, peut-être les effacer de son esprit et les oublier. Lorsqu'il s'exila en France, il laissa ainsi la Maison du Sourd à son fils sans plus s'inquiéter de ses oeuvres, comme s'ils les oubliait à mesure qu'il les peignait. 

Goya à l'ombre des Lumières est un livre qui tente de percer le mystère de ce peintre que nous connaissons sans parfois savoir grand-chose de lui; sa dualité, ses innovations techniques (les gravures, les eaux fortes, donner aux dessins leurs lettres de noblesse en cessant de ne les considérer que comme des esquisses ou des projets...), esthétiques (les lignes disparurent, remplacées par des taches de couleurs, de lumière et d'ombre, il abandonna totalement la construction habituelle de l'espace en laissant ses personnages flotter dans les airs...) et thématiques, sont mises en évidence avec une grande clarté. Il montre un peintre novateur, qui préfigura l'expressionisme et trouva son propre chemin dans un monde artistique qui jusqu'alors s'était obstiné à vouloir copier les grands maîtres plutôt que de copier directement la nature et la réalité, ou de rendre compte de la vision personnelle de l'artiste. Il n'y a pas le moindre doute : Goya vit ce qu'il peignit, dans la réalité, à l'intérieur de lui-même, dans ses cauchemars, ou bien il le pressentit; il pressentit les horreurs dont l'homme était capable, et le XXème siècle lui donna raison. La manière dont il se préoccupait de sa situation économique ne corrompit pas son art; au contraire, une fois ses finances assurées grâce à son salaire de peintre de la Cour, il pouvait se consacrer entièrement à ses oeuvres privées, peindre pour lui-même, s'exprimer et exorciser ses démons. Il se débarrassait de ses cauchemars en les peignant, en les gravant, en les dessinant, et laissait des commentaires plus ou moins déchiffrables ou mystérieux, comme une bouteille à la mer adressée à un éventuel ou improbable spectateur.

 

Véronique RAMOND

La pradera de San Isidro

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