Juana la Loca, la cautiva de Tordesillas - Manuel Fernández Alvarez

Monólogo de Juana de Castilla, Juana la Loca de Vicente Aranda. Discurso situado en el año 1506, poco antes de la muerte de Felipe. Felipe quiere que las cortés declaren la incapacidad de la reina para hacerse con el poder.

"Qué queréis, Felipe, mi pueblo ha perdido el juicio, como yo. Ya veis, los locos abundamos en Burgos. Señores, quedad con Dios, la reina loca os saluda."

Juana la Loca, Vicente Aranda

Juana la Loca, La cautiva de Tordesillas, es un libro magnífico para aprender a conocer a uno de los personajes más conmovedores de la monarquía española: Juana I de Castilla. Históricamente apasionante, esta biografía nos presenta el retrato de una mujer herida y nos conmueve en lo más profundo de nuestro corazón.

No se contenta con presentarla fríamente como un mero personaje histórico sino que pone de relieve la humanidad y las contradicciones que la caracterizan; al leer La cautiva de Tordesillas tomamos conciencia de toda la complejidad de la reina: la pasión obsesiva que siente por un hombre que la desprecia, la mezcla de amor, respeto y frialdad que la une con su padre Fernando el Católico, su amor por su madre Isabel la Católica, la lealtad que siente por su hijo Carlos I a pesar de mantenerla él recluida, la relación muy fuerte que existe con su hija Catalina, tanto tiempo encerrada con ella, su ansia de libertad y su ensimismamiento...

Nos hundimos por completo en el ambiente lúgubre que existe en torno a la reina: sentimos sus frustraciones, sus tristezas, sus cóleras, sus heridas, imaginamos la peregrinación de la reina acompañando al fééretro de su esposo por el invierno castellano hasta donde se detiene para siempre su viaje, Tordesillas; quedamos encerrados con ella en el palacio-prisión de la ciudad castellana, en el cuarto oscuro en que a la fuerza la recluyen sus carceleros; casi podemos escuchar su llanto y sus gritos, vemos correr sus lágrimas que apenas alumbran algunas velas. Y también vivimos los dilatados años de soledad, la vejez, la decadencia sicológica y física de la de quien se decía que era la hija más bella de los Reyes Católicos.

Terminamos el libro con cierta amargura y con la certidumbre de que la desdichada reina Juana de Castilla no andaba tan privada de cordura y de juicio y de que sólo algo de humanidad hubiera podido salvarla de la locura en que se hundió. Probablemente demasiado frágil para el mundo despiadado en que su rango la obligaba a vivir, parecía hecha para amar y no para gobernar; esa "debilidad" le costó la libertad.

Véronique RAMOND

Juana la Loca recluida enTordesillas con la infanta Catalina, Francisco Pradilla

Juana la Loca, La cautiva de Tordesillas, est un livre magnifique pour apprendre à connaître l'un des personnages les plus émouvants de la monarchie espagnole: Jeanne I de Castille. Historiquement passionnante, cette biographie nous présente le portrait d'une femme blessée et nous bouleverse au plus profond de notre coeur.

Elle ne se contente pas de nous la présenter froidement comme un simple personnage historique mais met en évidence l'humanité et les contradictions qui la caractérisent; en lisant La cautiva de Tordesillas nous prenons conscience de toute la complexité de la reine: la passion obsessionnelle ressentie pour un homme qui la méprise, le mélange d'amour, de respect et de froideur qui l'unit à son père Ferdinand le Catholique, son amour pour sa mère Isabelle la Catholique, sa loyauté envers son fils Charles Quint, tout en sachant que celui-ci la maintient prisonnière, la relation très forte qui existe avec sa fille Catherine, si longtemps enfermée avec elle, son profond désir de liberté et cette manière de se replier sur elle-même... 

Nous plongeons totalement dans l'ambiance lugubre qui existe autour de la reine: nous ressentons ses frustrations, ses tristesses, ses colères, ses blessures, Nous imaginons son voyage lorsqu'elle accompagne la déépuoille de son mari à travers l'hiver castillan, et ceci jusque là où son voyage s'arrête pour toujours: Tordesillas; nous sommes reclus avec elle dans le palais-prison de la ville castillane, dans la pièce obscure où ses geôliers la retiennent enfermée de force; nous pouvons presque entendre ses pleurs, ses cris, nous voyons couler ses larmes à peine éclairées par quelques bougies. Et nous vivons également ses interminables années de solitude, la vieillesse, la décadence psychique et physique de celle dont on disait qu'elle était la plus belle fille des Rois Catholiques.

Et nous terminons le livre avec une certaine amertume et la certitude que la malheureuse reine Jeanne de Castille ne manquait pas tant d'esprit et de bon sens, et qu'un peu d'humanité aurait suffit à la sauver de la folie dans laquelle elle sombra. Probablement trop fragile pour le monde sans pitié dans lequel son rang l'obligeait à vivre, elle semblait faite pour aimer et non pour gouverner; cette "faiblesse" lui coûta sa liberté.

Véronique RAMOND

Cerca de la Iglesia de San Antolín en Tordesillas, se situaba el palacio en que Juana estaba recluida.