Finales del siglo XV. El cristianismo avanza implacable contra los llamados infieles, dispuesto a reconquistar Granada. Yago, el joven músico ciego que acompaña a la Corte de los Reyes Católicos, aprende a percibir la realidad con los ojos del corazón y descubre que el camino hacia el paraíso sólo puede partir del verdadero amor."
Me encantan las novelas históricas, así que he leído muchas, pero pocas me tuvieron tan embelesada como ésta Era muy arriesgado escribir un relato así sin dar la impresión de transformar la realidad. Y es que Nerea Riesco supo captar tan bien la esencia de aquella época que lo real y lo ficticio se mezclan con maravillosa sencillez.
Esta novela tiene de todo : de libro de Historia, de reflexión filosófica, de cuento de hadas, de obra poética... En fin, de todo. Es muy completa, rica, y a la vez de lectura fácil. El lector aprende casi sin darse cuenta, también encuentra datos ya conocidos de todos los apasionados de este período tan lleno de contradicciones, luchas y pasiones. En ningún momento se aburre. En tal página, una aventura que devora hasta el desenlace, que le deja casi sin respirar y con el corazón latiendo a escape. En otra, una descripción poética, que lee lentamente, con deleite, una y otra vez, para saborearse con ella y guardarla como un tesoro. Luego cierra los ojos y el libro, y se detiene para imaginar, sentir y pensar. Por fin, lo termina con la impresión de perder a un gran amigo, y con la promesa de leerlo otra vez.
De libro de Historia tiene por el marco histórico, por supuesto : la Reconquista. Aparecen personajes bien conocidos : los Reyes Católicos, Torquemada, Boabdil, Aixa, Morayma, Ahmed, el Gran Capitán... Pero la autora no se pierde por caminos aburridos, no cae en la tentación de proporcionar un montón de datos inútiles. El libro no impresiona por su erudición. Sin embargo, no hay duda : fue necesario un enorme trabajo de documentación. Pero Nerea Riesco supo usar las informaciones e integrarlas de manera tan natural en el relato que pasan inadvertidas. Así, el lector pasa de la austera España cristiana al refinado ambiente de al-Andalus, de las tabernas a los jardines del Generalife, de las cocinas del palacio a los campos de batallas..., pero todo ello siempre relacionado con la trama principal de la novela : la historia de los protagonistas que directamente salieron de la imaginación de la autora : Yago y su padre, Vermudo, Concepción, Nur, Oreste Olivoni... y así muestra que las historias personales, las anécdotas, son parte esencial, imprescindible de la Historia.
Nerea Riesco utiliza, para cautivar al lector y conducirle paso a paso por un mundo de ensueño, muchos ingredientes de los cuentos de hadas; empieza como muchos de ellos: Yago nació ciego y huérfano de madre, ya que ella se murió en el parto. Eso es la base de la novela, que comienza cuando Yago todavía es casi un niño. Sus primeros pasos son difíciles, a pesar del empeño de su padre para protegerle, y el joven tendrá que salvar obstáculos, aguantar infortunios y enfrentarse con un diabólico enemigo, todo un camino iniciático que luego le permitirá ser dueño de su propio destino.
Además este libro puede conducirnos a una verdadera reflexión : Yago se encuentra sumergido en un mundo en que lo primero es la venganza; es la que lo dirige todo y sella el destino de los personajes. La venganza casi se puede considerar como un personaje de pleno derecho que mueve los hilos del relato; Yago deberá decidir si se somete a ella o si acaba con la fatalidad para encontrar la paz, y se convierte en protagonista de un cuento filosófico sobre la búsqueda de la felicidad. ¿ Agarrarse del pasado u olvidarse y seguir adelante ? ¿ Vengarse cueste lo que cueste o hallar la paz del alma y del corazón ?
Pero lo que a mí más me gustó es la poesía que se desprende de este libro. Creo en el poder de las palabras. Una palabra, una mera palabra, puede arrancarte una sonrisa o hacerte llorar, hacerte sentir humillado o fuerte, puede cambiar tu día o incluso tu vida. No diré qué pasajes me conmovieron más para no revelar nada sobre la intriga a los futuros lectores, pero pocas veces había leído algo así, tan emocionante, con las palabras exactas, necesarias para crear imágenes de una fuerza y de una belleza increíbles. Como lo dice tan bien Nur a Yago, se trata de "poner palabras a las sensaciones". Nos adentramos en un mundo que, sin duda por la ceguera del protagonista principal, va mucho más allá de lo visible, un mundo que se siente, se huele, se oye y se toca.
Véronique RAMOND